El ego: peligrosa compañía

IMG00055-20110601-2130El ego es la identificación que hacemos con todas aquellos elementos que pensamos que nos identifican y definen. Nuestro sexo, comportamiento de género, identidad sexual, nacionalidad, adicciones, formación, edad, trabajo, amistades, posesiones, nivel social, lugar de residencia, estilo de vida, los distintos roles familiares como hijo, padre, abuelo, de enfermos… sean reales e imaginarios.

El ego es también nuestro intérprete, la voz en la cabeza que nos va traduciendo de forma automática toda la información que nos proporciona el cuerpo y nuestro entorno. La que por medio de una valoración inconsciente y consciente, nos dice que lo que nos ocurre es considerado como bueno o malo, agradable o desagradable y como consecuencia genera unos pensamientos y comportamientos acordes a esa valoración realizada en función a las identificaciones anteriormente citadas.

El ego es la identificación que muchas veces tenemos con nuestros procesos mentales y que nos hace pensar que somos lo que pensamos, que nos identificamos con lo que pensamos, que llegamos a creer, como decía Descartes, que pensamos luego existimos, sabiendo de boca de muchos pensadores que Descartes estaba equivocado y que existimos, luego pensamos.

El ego es ese acompañante que nos complica la vida con nosotros mismos y con los demás cuando está demasiado presente en nuestras vidas; que pretende que vivamos con sus normas y apreciaciones; con su conducta y pensamientos automáticos; que no puede vivir con nosotros ni sin nosotros; que no le gusta el cambio y que necesita alimentarse de las miserias humanas, de nuestras emociones más atávicas.

El ego es nuestro yo ilusorio que hace que perdamos conciencia de lo que ocurre realmente, que no tengamos presencia, que no vivamos elcropped-img00050-20110601-21282.jpg momento presente ya que el ego proviene y vive del pasado pero haciendo sus proyecciones fantasiosas hacia el futuro, haciéndonos vegetar en espacios mentales que no existen. Un ego que no nos deja vivir de forma tranquila. Un ego que debe ser observadoobsérvenlo

La observación de sus proceso mentales les va a ayuda a estar más presentes en el ahora, en la vida. Observar al pensador, a su memento mediante la atención a un estímulo neutro como puede ser la respiración nos permitirá tener más presencia, vivir nuestra vida de una forma más ecuánime y tranquila. Meditar, en cualquiera de sus versiones, es una buena forma de observar. Meditar, en cualquiera de sus versiones, es una buena forma de vivir. Porque si ustedes pretenden entender, vencer al ego, a su mente más automática, el ego crecerá y crecerá y le dominará. El ego se desinfla cuando se le observa de forma ecuánime y con la observación la fuerza de la identificación que realiza se esfuma, se disuelve el sufrimiento… por lo menos de forma temporal y mientras tanto habremos estado presentes en la vida.

¿Estarían ustedes dispuestos a practicar esta observación?

¿Estarían dispuestos a practicar para vivir más tranquilos, más presentes?

8 comentarios

  1. Hola compañero.
    Nunca he entendido esa demonización del Ego,… y evidentemente nunca he entendido a E. Tolle (Y espero que algún día alguien me siente y me explique lo que quiere decir, porque por más veces que le escucho y le leo,… no soy capaz de comprenderle) a quien creo que pocos entienden realmente.
    El Ego es la base de lo que somos, sin Ego no seríamos. Otra cosa es que nuestros Egos se consideren lo único real y tomen las riendas frente a los Nos o a los Vos, negando su existencia o negando la existencias de lo que está fuera del Ego,… eso si que es un gran problema. Hay muchos más autistas que los diagnosticados «oficialmente» y muchos más alexitímicos de lo que nos creemos. Pero sin Ego, no somos, por muy devastador que se vuelva en determinados momentos.
    Gracias!
    Besos

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    1. Iñaki… creo comprenderte y comparto algunas de tus ideas. También pienso que hablar de este tema puede hacer que muchas personas observemos más el fenómeno para comprender que no es lo único real y que nos dejemos de indentificar tanto con él. De esta forma, la presencia en el momento presente irá siendo más frecuente en nuestro día a día. Gracias por leer y gracias por comentar. Un saludo!

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