Francisco, el Papa, es jesuita y como tal tiene un estilo de liderazgo fundamentado en su condición de sacerdote de la Compañía de Jesús. Eso es lo que propone Chris Lowney en su libro Francisco líder y Papa, tesis que comparto.
Según este autor, y ateniéndose a lo que el Papa ha hecho y dicho, los valores que se le reconocen a través del liderazgo ejercido por Bergoglio con novicios y alumnos de la Compañía en Argentina y también los propios preceptos de la orden fundada por San Ignacio de Loyola, es decir, los principios de la formación jesuítica, Francisco Bergoglio tiene un estilo de liderazgo propio.
Dos elementos destacan en este estilo de liderazgo ejercido por Bergoglio que entroncan con la formación jesuita: el largo periodo formativo que tienen que realizar y los ejercicios espirituales ignacianos, unidos ambos por la máxima de Ignacio sobre el liderazgo: ante todo amar y servir.
Por lo tanto, atendiendo a las fuentes de información antes citadas y contando con la experiencia propia de un antiguo jesuita como es él, Lowney plantea seis compromisos que fundamentan el liderazgo de Francisco, esbozados como paradojas, creados como pares:
- Conócete a ti mismo en profundidad pero vive para servir a los demás
- Sumérgete en el mundo, pero retírate de él a diario
- Vive en el presente venerando la tradición, pero crea futuro
El nuevo líder, el líder orientado al servicio de los demás, el líder que toma su función como algo espiritual, no solo tiene la valentía de ser él mismo, sino de ser la mejor versión de sí mismo. Reconocerse como un ser imperfecto pero aceptado y desde esa aceptación acercarse a los demás para tomarlos también tal y como son, para servirles, para trascender el propio yo. Servir para cambiar, para “ponerte a sus pies”, servir antes que ser servidos, servir para controlar nuestro ego y por lo tanto nuestra emocionalidad, servir con humildad…
La persona que lidera con trascendencia se sumerge en el mundo, lo vive desde todas sus facetas pero no pertenecen a lo mundano; permanece en contacto con la realidad, con las alegrías y sufrimientos de las personas, de personas interrelacionadas; no sufre el aislamiento del poder con su visión “alternativa” del mundo, sino que ejerce un liderazgo de “pies sucios”, de sacrificio, responsable, solidario, con visión, como decía Ignacio “descubriendo a Dios[1] en todas las cosas”. Con todo esto, debe saber retirarse cada día al fondo de uno mismo; cuidarse del estrés; delegar sabiamente generando confianza; ser capaz de no hacer nada, de estar inactivo durante un tiempo al día, de reflexionar de forma sosegada; ser capaz también de estar en silencio y de hacer un examen diario (fundamento también de la espiritualidad ignaciana) ¿quién soy yo? y ¿por qué estoy realizando estas actividades?, y sobre todo estar comprometido con esta actitud la de estar contemplativo incluso en la acción (simul in actione contemplativus).
Todo esto hay que realizarlo desde el presente, desde el ahora, teniendo en cuenta lo ocurrido en el pasado para crear una visión de futuro, para crear el cambio que implica el futuro; un futuro que tendrá que ver con la visión, la misión y los valores de la persona que lidera; liderar con desapego, con disponibilidad, con indiferencia[2] , con libertad; dando y dándose tiempo para hacer las cosas, para discernir lo que hay que hacer; con ayuda, con alguien en quien apoyarse para ese discernimiento y asumiendo toda la responsabilidad de ello ya que el principal discernimiento parte de él mismo, de su interior; un discernimiento que debe llevar a la acción para ser el cambio que quieres ver en el mundo.[3]
En fin, como ven, un estilo de liderazgo que ha dado, da y darán mucho que hablar y que seguiré con interés como sigo el liderazgo se servicio que propone la tradición ignaciana.
Les dejo con unas palabras de John Donne que Chris Lowney cita en su libro (pg. 104)
“La muerte de cualquier hombre me afecta, porque formo parte de la humanidad, por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti.”
¿Tienen alguna opinión acerca del papa Francisco como líder?
¿Creen que hay un tipo de liderazgo ignaciano?
[1] Que cada persona interprete esta palabra como quiera
[2] La indiferencia es un concepto clave en la espiritualidad ignaciana: tener libertad de (desapegos) y libertad para (misión, visión etc.; AMDG) y ejercerla.
[3] Palabras estas atribuidas a Gandhi.
Reblogueó esto en Asociación Cultural Algorteña.
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