Como les indicaba en el post anterior, existe una gran correlación entre el estilo de liderazgo ignaciano y las competencias de la Inteligencia Emocional. Pero lo más sugerente no son sus correlaciones, sino el sistema, el método descrito por Ignacio de Loyola para desarrollar esas competencias: los Ejercicios Espirituales.
En estos ejercicios, que duraban 30 días, se elimina cualquier contacto con el exterior ya que exigen una total dedicación intelectual, emocional y espiritual (103) y están guiados por un director espiritual. Se realizan en estricto silencio. Cada día existen 4 o 5 periodos de meditación. Realizan una introspección para descubrir sus “afectos desordenados” –debilidades- y de ahí surge el compromiso con la mejora. También siguen un proceso de meditación guiada donde se profundiza en los cuatro principios del liderazgo jesuita.
Una vez terminado el periodo de ejercicios, y como una forma de retroalimentación, los jesuitas, día a día, al levantarse, deben hacer memoria de sus metas clave, dando primero gracias a Dios por los beneficios recibidos y dos veces al día- después del almuerzo, y después de la cena- deben realizar un breve examen mental de si los actos realizados están en función de esas metas. Esto permite un seguimiento de sus propósitos y una pronta retroalimentación de lo realizado hasta el momento.
De esta forma se revisan casi en tiempo real las acciones realizadas y su concordancia con las metas adquiridas, facilitando de esa forma el autoconocimiento, el manejo de nuestras fortalezas y debilidades. Además, el líder, en la primera generación de líderes o siempre que le sea posible, puede acompañar estos ejercicios durante una hora al día para de esa forma guiarles en su examen de fortalezas y debilidades, valores y visión del mundo, consiguiendo trasmitir también la propia visión de gerente líder. (más…)