Liderazgo

Es el momento de sostener el vuelo…

flyTengo la sensación de que ha llegado el momento, uno más, pero el que marca un paso a delante o un paso hacia atrás, el que indica, una vez más, que la motivación ha de hacerse hábito, el hábito de ser libre, libertad elegida para ejercerla, para ser lo que deseas, o por lo menos para ser amable contigo mismo cuando no lo has conseguido… pero creo que este momento es de los que deciden si vas a volar o no.

Porque hay momentos de euforia, de esperanza (emoción curiosa que emana de los malos momentos y se proyecta a un futuro prometedor), de alegría, de tranquilidad, de seguridad donde la vida parece fluir, las decisiones parecen fáciles, los objetivos claros y la motivación alta lo que te permite tener la fuerza de espíritu suficiente como para emprender un cambio, el cambio. tu cambio. Un momento, una epifanía como decía una gran persona que quiero y echo de menos a partes iguales, que te impele a iniciar el vuelo con el dolor de la mudanza, con el miedo a la caída, pero también con el ímpetu del coraje que supone, en muchas ocasiones, la inconsciencia que igualmente subyace en la decisión.

Momentos que con el paso del tiempo se convierten en valles en lugar de picos, que pasan se ser eufóricos a ser angustiosos por el lento devenir de los acontecimientos, por la lluvia que sustituye al sol en el horizonte, por el fin deIMG_1803 la epifanía, por el olvido de algunos de los principios que cuando se definieron parecían tan claros y permanentes. Momentos duros que te impelen a dejarlo, dejar el cambio, a dejar de volar, dejar de intentarlo cuando estabas a punto de conseguirlo, a desdeñar lo logrado por volver al lecho calentito del hábito adquirido, las viejas formas del maldito hábito que supone una vida no vivida con libertad, costumbrista, acostumbrada a malvivir por la propia decisión de no intentarlo, de no ser lo que merecemos ser, lo grandes que somos… pero ese es, precisamente, el momento preciso.

El momento de reiniciar el vuelo, de confiar en nosotros, de volver a intentarlo, de lograrlo, de ser tan libres como queramos, de volar sin importarnos el destino, simplemente por el placer de hacerlo. El momento de ser responsables con la vida de cada uno, con la vida que nos queda y que siempre será toda la vida que tenemos por delante. El momento del trabajo, de la acción nueva, de conformar el nuevo hábito, la nueva vida, de renegociar la motivación a la vez que la voluntad necesaria para el cambio. El momento de saber que estamos el en valle pero que queremos llegar a la cima, volar alto simplemente para ver los otros picos y valles que conforman el camino. El momento de sostener el vuelo para que nunca más se nos olvide volar. Este es ese momento.

 

La soledad del líder…

Chillida

Chillida

Un amigo, a raíz de un post publicado en este mismo blog, me pidió que hablase de la soledad del líder y, cómo no, voy a hacerle caso, pero como el título de un libro de Jack Welch, voy a hacerlo “desde las entrañas”, desde el conocimiento que da la experiencia más que desde un punto académico… mucho me lo he pensado, mucho tiempo lo he retrasado así que vayan ahí las primeras reflexiones.

Liderar es un acto solitario, un ejercicio de soledad, aunque a veces quien lidera no se encuentre solo o sola… pero lo está. Liderar es una relación individuo grupo, pero en la que el acento está en el individuo, en la persona que sirve de guía, en quien sirve al proyecto compartido, en quien tiene la máxima responsabilidad de hacer que ese proyecto se comparta, que tenga sentido, en quien sirve, en el servidor

Liderar implica entregarse para conocer a quien se lidera, querer hacerlo,  empatizar con el equipo y también con cada integrante del mismo, conocer tanto individuos como sus relaciones para conseguir que todos ellos quieran contribuir,  que quieran participar, que quieran hacer cosas en aras de dar sentido a esa misión que les une y que es tarea, que es responsabilidad de quien lidera.

Chillida

Chillida

Liderar es un episodio de soledad porque debe realizarse con humildad, con generosidad, con compasión, con esperanza, con entrega, con espíritu de servicio… porque debe entregarse en cuerpo y alma al proyecto sin esperar nada a cambio, aunque lo dese. Es un acto de soledad porque muchas veces, el ser humano, la “materia prima” del proceso de liderazgo, es un animal ingrato, interesado, de poca memoria y así debe entenderlo el líder, sea hombre o mujer, y así debe  amarlossin esperar que el amor será correspondido pero siendo agradecido cuando lo sea  porque quien lidera sabe que liderar implica soledad.

Soledad de quien manda, de quien debe ejercer el poder, tanto el concedido por la organización como el otorgado por su equipo, el que legitima su liderazgo. Soledad de quien es observado, de quien toma a la última decisión, de quien premia o de quien castiga, del experto, del envidiado, del querido, del admirado, del traicionado. Soledad que generará tensión por la continua observación, una situación generalizada de estrés que tendrá que saber gestionar para seguir liderando, para seguir sirviendo, para seguir disfrutando. Soledad derivada del sentido de trascendencia que es inherente al propio liderazgo y que hay que recordar y mantener.

Chillida

Chillida

Porque la soledad de la que estoy hablando, es una soledad plena, disfrutada elegida, placentera. La soledad del liderazgo le llena y le confiere sentido al propio líder en su ejercicio, siendo su culmen la inmolación del propio líder, el acto máximo de generosidad y entrega, tanto a la organización como a sí mismo, sobre todo a sí mismo, que se produce cuando llega la hora de la despedida, cuando el líder sabe que su función está ya cumplida, cuando debe dejar paso a otras personas, a otros líderes a otro líder.

Y se despedirá porque el líder nunca debe sentirse solo, nunca debe perder su norte, su sentido, su misión, su conexión con su aquí y su ahora. Porque cuando la soledad le apriete, deberá renovarse, deberá generar una nueva visión personal, un nuevo placer por la vida, por su vida, por nuevos proyectos, por sus proyectos, a través de un proceso de renovación que le permitirá seguir sirviendo, seguir liderando, seguir disfrutando de la soledad que implica el liderar, guiar a un grupo de personas. La cuestión no es tanto la soledad, como que la persona que lidera sea capaz de disfrutarla.

 

¿Están dispuestos a aceptar esa soledad tan llena?… es todo un privilegio sentirla…

 

 

 

El liderazgo es un arte

Rothko

Rothko

Ya lo decía Dionisio Aranzadi, el liderazgo es un arte y como tal, difícil definición tiene.

Arte es la capacidad, habilidad para hacer algo; o una manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros; también el conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo, e incluso la disposición personal de alguien[1]. Cualquiera de estas definiciones de la RAE, o todas ellas, nos pueden indicar lo que implica el liderar un grupo de personas.

Liderar implica la capacidad y la habilidad para orientar a un grupo de personas en una organización humana, sea esta empresarial o de cualquier otra índole, hacia metas comunes. Conseguir esto no es una ciencia exacta, sino una suerte de  gracia y destreza (habilidad) y la  oportunidad y el medio para ejecutarlo (capacidad).

Rothko

Rothko

También implica la interpretación de una realidad, reflejada en el sentido que el líder da a la actividad a realizar y plasmada normalmente en la misión y visión de la organización. El vehículo para conseguir esto son, sin duda, los recursos comunicativos ya que el proceso de liderazgo es, fundamentalmente, un proceso de comunicación y de relación mediante el cual se va creando el sentido compartido de la razón de ser de la relación y del futuro deseado que se desea compartir, así como la trascendencia que tiene todo ello, tanto para el individuo como para el grupo, tanto para el líder como para los liderados y para la sociedad en general. Esta interpretación de la realidad debe contar con la identificación, uso, comprensión y gestión de la emocionalidad la rodea para aprovechar la información que las emociones proveen.

En cuanto al conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo, hablaríamos de las diferentes teorías que se han propuesto en el estudio del liderazgo, y que entroncan con la idea de si un líder nace o se hace o, simplemente, el líder ser va haciendo desde que nace. El convencimiento de que el liderazgo es un proceso susceptible de ser mostrado, enseñado y, sobre todo, aprendido es una tesis que nos acompaña desde hace tiempo y refrendada por autores como el antes citado Dionisio Aranzadi, Bass, Burns y Echaniz, entre otros. Un arte, por lo tanto, que con sus preceptos y reglas pude ser desarrollado a lo largo de la vida.

Rothko

Rothko

Enlazando con esto, si el líder nace o se hace, aparece la cuestión de la disposición personal o, dicho de otra forma, el carisma. El liderazgo carismático es una de las cuestiones que más se ha tratado en las diferentes teorías del liderazgo, aunque, como muchas otras, no ha llegado a concluirse satisfactoriamente. El carisma, ese no sé qué, resulta, como el propio liderazgo, algo fácil de apreciar, pero difícil de explicitar y más complejo aún desarrollar más allá de la parte innata o de crecimiento personal que tiene este concepto. Una forma de ser que sazonará de forma singular este arte de liderar grupos de personas.

Un arte, el de liderar, que deberá ser ético, colaborativo, emocional, transformador y trascendente para ser considerado virtuoso… difícil tarea la de enseñar este arte… apasionante por otro lado hacerlo y también dominarlo…

 

[1] De todas las acepciones que aporta la RAE, 9 en total, hemos utilizado aquellas que son más oportunas para el tema que estamos tratando.

Líder y liderazgo: cuestiones etimológicas

Rotkhko

Rotkhko

*Al final les he dejado un poco de música. Si lo desean pueden ponerla para leer el post. Espero que les guste.

Entendemos que, para acercarnos a la definición del liderazgo, se presume necesario tener una referencia etimológica del término para ir aclarando su componente semántico, sus significados para posteriormente definir en el concepto y sus componentes principales.

Cuando acudimos al buscador de la RAE (Real Academia de la Lengua)[1] y tecleamos las primeras letras -LID, las palabras que aparecen son las siguientes: Lid, liderar, liderato, liderazgo, liderear, lideresa, lidererizar, lidia, lidiadera, lidiadero, lidiador, lidiadora, lidiar, lidio, lidiosa y lidioso, a las que añadiríamos a la palabra líder colocando ya al acento.

Sorprende ver dos grupos de palabras con significados tan distintos. Por un lado, líder, liderar, liderato, liderazgo, lideresa y liderizar y, por otro, lid, lidia, lidiadero, lidiadera, lidiador, lidiadora, lidiar, lidio, lidiosa y lidioso. El (más…)

Hablando con José Mari Guibert sobre liderazgo, espiritualidad y trascendencia

Hace ya unas semanas, quizás unos meses, tuve la oportunidad de entrevistar a José María Guibert Ucín SJ, Rector de la Universidad de Deusto.

A continuación transcribo el correo que le mandé solicitando la entrevista, que aunque fue privado, queda reflejado en el vídeo que da fe de la  conversación que mantuvimos y que espero, esperamos les resulte tan interesante como agradable fue para mí estar con él.

“José Mari…

Mi interés está en la espiritualidad, en la trascendencia que considero tiene que tener y aportar un liderazgo de hoy en día en cualquier ámbito organizativo. De eso va mi tesis y de ello me gustaría hablar en la entrevista del viernes y luego un rato contigo en persona.

La entrevista será más una charla que otra cosa, de unos 30 minutos y las preguntas que  me (más…)

Liderazgo: iniciando su estudio

Tras una revisión de algunos libros y manuales relevantes en la literatura que existe sobre Liderazgo, hemos podido observar lo siguiente.

Son muchas las definiciones que se han dado de liderazgo pero consideramos que lo más relevante es lo que indica  Bernard Bass (1990:19) al decir que la definición de liderazgo en un determinado estudio tiene que ir en consonancia  con el propósito del mismo.

Muchos los estudios sobre liderazgo se han realizado y se realizan en la actualidad parten y se fundamentan del libro de Bass (1990) que se fundamenta a su vez en la revisión de Strogdill de 1974[1]. Aranzadi (1995); Díez de Castro, García del Junco; Martín Jiménez y Periánez Cristóbal (2001); Echaniz (2001); Koontz y Weihrich (2004); Benito y colaboradores (2010), Koontz y colaboradores (2012) y López-Domínguez (2012) son un ejemplo de ello.

Estos autores comparten, con algunas diferencias, la idea de que debemos partir de la (más…)

Ser humano, trascendencia y liderazgo

Joseba Sánchez Zabaleta

Joseba Sánchez Zabaleta

Siguiendo con la idea de plantear la necesidad de definir un liderazgo trascendente y espiritual, quiero tocar en este post la idea de trascendencia y qué implica para el ser humano y para ello seguiré al Dr. Ludwig Schmidt (2012), profesor de la Católica Andrés Bello.

Este doctor propone en su artículo El hombre como ser trascendente: una perspectiva judeocristiana la necesidad intrínseca a la persona humana de la búsqueda de su transcendencia, de dejar un legado debido precisamente al conocimiento de su finitud. El ser humano es un ser finito y más allá de la procreación, forma primaria de trascendencia en lo biológico, trata de dejar un legado sintiéndose protagonista de una historia, de su historia, pero con incidencia en su contexto de vida y en las personas con las que convive, con las personas que se relaciona. Como ejemplifica el profesor Schmidt (2012: 59) con el dicho “escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo”, trascendencia como forma de dejar huellas, de dejar una herencia en lo biológico, en la naturaleza, en lo cultural y en lo social.

Este sentido, “ir más allá” lleva también al (más…)

Occidente, oriente y la gestión emocional

golondrinas*“¿No me dirás ahora que tengo que empezar a hacer yoga?”… yo no me atreví contestarle, pero pensaba que la contestación era, en cierta forma, afirmativa.

Fue al final de una sesión que alrededor de la Inteligencia Emocional (IE) estaba dando en una empresa y el que me hacía la pregunta era un socio de la cooperativa ganadera. Era una persona recia, de campo, de mediana edad y con una mirada limpia, inquisitiva e inteligente que te traspasaba al hablar contigo.

Yo, en todos los libros que había leído hasta el momento con temas cercanos a la IE, fueran el de Seligman referido a la Felicidad, los de Daniel Goleman, Annie Mckee y Boyatzis y tantos otros, había encontrado referencias expresas a los beneficios que la práctica de algunas de las técnicas orientales que se podían practicar en Occidente, sea el Chi-Kung, el yoga, tai-chi… traían para el (más…)