Le conocí en clase, en los primeros días de la carrera, Humanidades: Empresa y para mí representó todo lo que yo siempre había pensado que era una universidad. La altura no era una característica que le definía, sí su seriedad, sus rasgos afilados, su mirada inquisitiva, su carácter fuerte que no intentaba disimular, su traje… invariablemente su traje impecable, como un pincel. Cuando entraba en clase parecía que entraba todo Confebask con él, la esencia el empresariado vasco, euskadun de pro, de Éibar sin ir más lejos. Hombre de familia, de tierra, de trabajo… Doctor, economista, sociólogo de vocación, profesor titular de Deusto, siempre nos hablaba de sus hijas, de su mujer…
Nos daba asignaturas de empresa, con acetatos y al dictado y ya desde el primer día nos indicó en la asignatura de primero un libro de unas 400 páginas que era iba a ser el sustento teórico en primero, en Fundamentos de organización de empresas y así fue. Con él no nunca conseguí sacar más de un nueve, y eso a base de estudiar como un loco, pero siempre había algunas de mis compañeras de promoción, sobre todo las que iban por euskera, que sacaban mejor nota que yo. En mi descargo tengo que decir que no creo que nadie de clase aprendiese tanto de él como aprendí yo. (más…)