Liderar no es una disciplina a aprender sino una forma de vida: no se aprende sino que se vive.
Querer a las PERSONAS y quererse a uno mismo lo suficiente como para aventurarse en el proceso de crear un sentido común a todos los componentes de la organización, un objetivo superior al de la suma de los deseos de cada uno de ellos, dan un sentido personal de vida.
Mi profesora de liderazgo decía que liderar es una necesidad de expresión personal, una posición dentro de la organización social. Otro profesor mío decía que gestionar es hacer las cosas que hay que hacer y que liderar es hacer otras cosas. Para mí liderar es vivir y liderar tu vida es el proceso más apasionante de la misma… pero no el más sencillo.
El conocimiento de uno mismo, de nuestros valores, de nuestras expectativas, de nuestras presunciones básicas, de nuestras filias y nuestras fobias; la regulación de las mismas, de nuestros sentimientos, de nuestros apetitos, de nuestras obsesiones, de nuestras miserias; la autonomía necesaria para ser capaces de responsabilizarnos de nuestra vida para así poder adquirir el compromiso de ayudar a los demás a conseguir sus objetivos; la gestión de nuestras relaciones, el ser capaz de ver al otro tal y como es, de empatizar con él, de quererle y querer que se desarrolle como persona singular… todo esto es ser persona y es ser líder, y a veces parece más fácil lo segundo que lo primero…
Hablar de todo esto; compartir con personas interesadas en el liderazgo las distintas sensibilidades que suscitan este proceso; el compartir con algunos amigos un tiempo y un espacio destinado a la formación; hacer nuevos amigos… o por lo menos conocer personas que antes no conocía; analizar un estilo de liderazgo, el ignaciano, que en sus planteamientos dice muchas verdades pero que en su práctica quizás no sea tan verdadero; aprender, que es lo que más me fascina… todo esto es lo que me ha impulsado escribir y a investigar sobre este tema.
Mi aproximación al liderazgo al estilo de los jesuitas fue la lectura de un libro que tenía ese mismo título y que me fascinó, como me fascina todo lo que implica un conocimiento vital y lo que me fascinó fueron algunos de sus planteamientos y sobre todo su cercanía a una disciplina, o a un proyecto de disciplina, a la que estoy dedicando estos años que ya se están convirtiendo en los finales de mi vida: la Inteligencia Emocional… Ordenar nuestra propia vida, heroísmo, magis, quanplusimi et quan aptissimi, amor…
¿no es muy parecido esto a al liderazgo emocional?
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