Su fuerza es lo que más me llama la atención, lo que más admiro, lo que me fascina, lo que reconozco nada más mirarla, aunque sea una de esas personas cansadas de su propia fortaleza, que lloran no por debilidad sino porque llevan demasiado tiempo siendo fuertes.
Tiene la raza de las mujeres del Norte, entendiendo la zona geográfica como algo más que Euskadi. Su porte, sus movimientos, su belleza, su forma de mirar, su forma se sonreír (maravillosa también… que siempre se lo digo… que nunca me hace caso…) hacen que no pase desapercibida…y yo siempre que está me siento más seguro, su amistad me hace sentir más fuerte.
Le conocí hace tiempo, en entorno universitario, daba clases en Humanidades:Empresa (la mejor carrera del mundo), yo no la tuve de profesora ya que no tenía el nivel suficiente para ir a sus asignaturas, como sigo sin tener
el nivel suficiente muchas veces como para hablar con ella… pero me encanta estar con ella, escucharle hablar porque con ello, como decía una buena amiga en común, me hace más grande a mí.
Porque es una mujer culta, con una erudición que muchos tendríamos que nacer dos veces para logarla. Persona de inquietudes sociales, políticas, bien relacionada, defensora de los derechos que aquellos a quienes les falta, fuerte para todo ello, pero también dotada de la fragilidad que tiene toda persona con sensibilidad social, dotada de la sensibilidad necesaria para llorar y reír sin complejos por las cosas de la vida.
Cuando la veía por los pasillos, siempre me llamaba la atención por su presencia, por su belleza, por la fuerza que trasmitía, por su seriedad, pero sentía la distancia que nos separaba por posición académica (ella profesora, yo alumno), cultural, emocional y todo lo que se puedan imaginar, hasta que nos presentaron y descubrí que teníamos más cosas en común de lo que imaginaba… aunque me sigo encontrado pequeño cuando estoy con ella…
Es fuerte y dura como la tierra de donde procede y como tal está llena de riqueza por dentro siendo austera por fuera, militante con sus amigos, con su familia, con su trabajo, buena compañera en el trabajo incluyo cuando los compañeros no lo son tanto, inteligente, eficaz, eficiente, entregada, comprometida, sensible sin sensiblerías, buena amante, buena madre, buena hija, buena amiga, bella mujer por dentro y por fuera…
… y mientras escribo esto, escuchando a Chopin, pienso que me va a matar por hacerlo, aunque pocos sepan de quién hablo, pero aun y todo quiero publicarlo sin consultar, sin pedirle permiso ya que se trata de un homenaje, de un reconocimiento no solo a ella, a la que admiro, sino también a un grupo de personas, a un grupo de amigos que me han permitido rozar la dicha en nuestras reuniones, que dan sentido a lo que es una
buena comida con una buena conversación, unas gentes que tienen cosas que decir y que las dicen bien y que además sienten lo que dicen de forma vehemente y bella. Un grupo con especial acento en lo femenino, en la fuerza de sus mujeres del que, como decía en otro escrito, hablaré más adelante.
Cierro ya con fuerza, con su fuerza, con mi admiración y con mi cariño. Me encantaría que ella viese todo lo que de única y magnífica le veo yo y los que le queremos. Que fuese consciente del cariño que despierta, de las fidelidades que suscita, del amor que genera alrededor, de lo bella que es, de que es una gran mujer, de lo que le queremos muchos, de lo que le admiramos todos, de lo orgullosos que estamos de estar entre sus seres cercanos, de lo contentos que estamos siempre que le vemos, aunque sea para un rápido café, de las ganas que tenemos siempre de verle… aunque no tenga fuerzas…
Cerrando ya, comentarles que las imágenes que he elegido para acompañar este escrito son de Franz Marc por radicalismo en su amor por la naturaleza y los animales. Como obra musical la Séptima sinfonía de Bruckner, en su 2º movimiento, con Celibidache como director… espero que les guste, espero, sobre todo, que le guste…
Reblogueó esto en Asociación Cultural Algorteña.
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